EL PRIMER HABITANTE DE BOAL
Investigar quién fue el primer habitante de la zona, es totalmente imposible; Pero por el significado de la palabra BOAL, en Latín BOALE (Premium rusticum bovile) que desciende de la palabra latina BOS (buey ó vaca), quizá podamos deducir que los primeros habitantes de Boal hayan sido ganaderos trashumantes que llegaron aquí intentando resguardar el ganado del frío aire del norte al abrigo de la sierra de Penouta; El paisaje que debieron encontrar debía de ser casi mágico. Una zona de ricos pastos, con frondosos bosques llenos de hayas, robles, castaños, etc. Donde por supuesto abundaba con gran variedad la caza, que por aquel entonces era mucho mas variada que ahora; seguro que era fácil encontrarse con renos, bisontes, mamut, etc. los cuales se fueron retirando mas al norte de Europa tras los hielos, en un proceso que duró varios siglos. El humano seguiría alimentándose de ciervos, jabalíes, cabras y animales de pequeño tamaño como la nutria, el tejón, la liebre, etc. También de raíces, bulbos, avellanas, castañas, frutas silvestres, etc.
Sus primeras cabañas, debían estar hechas de ramas y pieles, otras estaban hechas de parapetos de piedras, con la misión de protegerse de la intemperie. Al ser tan precarias sus cabañas, no llegó ningún resto hasta nuestros tiempos, preferían para instalarlas las orillas de los ríos, para tener cerca el aprovisionamiento del agua y también para aprovechar que los animales bajaban a beber para poder cazarlos.
Se supone que en el paleolítico ya había enclaves habitados en la zona, aunque de esta época no se conservó ningún resto, por lo tanto, esto no se puede demostrar; fue mas tarde en el neolítico cuando ya quedaron restos que nos demuestran de la existencia de habitantes en la zona. En la sierra de Penouta, se encuentra uno de los campos de túmulos más extensos de Asturias, con 72 túmulos catalogados. Otro importante conjunto de túmulos esta en la sierra de Penácaros, entre Boal y Villanueva de Oscos. Otro grupo lo tenemos en la parroquia de Castrillón.
Los túmulos son montículos de tierra y piedras con forma cónica, hechos por los primitivos para cubrir cualquier otro tipo de enterramiento, entre ellos los dólmenes. Normalmente en los túmulos, se incineraban a los muertos y sus cenizas eran introducidas en recipientes, dentro de los pozos tumulares; al lado de las cenizas, solían aparecer instrumentos de piedra, (puntas de flechas, hachas, cuchillos, punzones, etc.) que depositaban como ofrenda a los muertos.
Los dólmenes, eran una especie de monumento megalítico formado por una piedra de gran tamaño puesta encima de otras verticales, el recinto, se cubría con piedras y túmulo hasta formar una especie de cono gigante que servía para sostener la estructura del dolmen. Estos dólmenes eran una tumba colectiva, aunque también existe la creencia de que eran utilizados como puntos de referencia en el paisaje, también para delimitar territorios ó marcar pastos.
Un monumento también celta a destacar en Boal, es el PENEDO ABALLÓN. Consta de una enorme piedra oscilante de varias toneladas de peso, la cual se puede mover sin ningún esfuerzo. Se tiene la idea de que los celtas la tenían como símbolo religioso, quizá para adorar al sol ó a la luna. Existe otra peña de este tipo en Prelo, y otra en la vertiente oriental de Llaviada, frente al pueblo de Peirones, se conoce con el nombre de ABALLADOIRA, aunque hoy está muy deteriorada y casi no se sabe lo que fue.
Fue en esta época, el neolítico, cuando el hombre se da cuenta de que se pueden sembrar las semillas de las plantas que hasta ahora recolectaba en su forma silvestre, y de que ciertos animales pueden ser domesticados; Aquí se puede decir que empezó la agricultura y el pastoreo. Grupos de pobladores, se dedicaban al pastoreo nómada, recorrían las sierras y los valles, buscando los mejores pastos para el ganado, que empezó siendo carneros, cabras y ovejas, para luego ser también de cerdos y vacas. Construían cabañas circulares de troncos de árboles y ramas, algunas también de piedras y pieles haciendo de techo. También había grupos que seguían viviendo en las cuevas de la zona.
  

    LAS ANTIGUAS ALDEAS: LOS CASTROS

Sobre el siglo VI antes de Cristo, oleadas de indoeuropeos conocedores de la metalurgia del hierro entraron por los Pirineos y se fueron asentando por la zona, huían del frió del norte de Europa y de la superpoblación de esta, buscaban tierras fértiles, riqueza minera y buen clima. Boal les dio todo lo que buscaban. Eran los llamados celtas los cuales se mezclaron con la población autóctona, formaron una especie de pueblos que ahora conocemos como CASTROS, (del latín castrum, campamento fortificado) desarrollaron mejor la agricultura, la ganadería y la minería. Ya se utilizaba el carro y sabían montar a caballo. Adoraban a dioses en forma de espíritus vivos en los ríos, los montes, los bosques o la lluvia.
La guerra debía de ser normal en sus vidas, ya que todos los poblados aparecen rodeados de murallas de piedra. En Boal se localizaron castros en: Péndia, Los Mazos, La Escrita, Ouria y en Castrillón.
El castro de Péndia, ocupa una extensión de unos 3000 metros cuadrados sobre una colina, estaba cercado con una muralla de 2 metros de espesor hecha de pizarra. Dentro de esta muralla hay ruinas de una especie de castillo redondo de siete metros de diámetro, y varias ruinas de lo que parece ser una explotación minera.
El castro de Los Mazos, se encuentra situado muy cerca del anterior, lo que da que pensar que era una dependencia del de Péndia.
El castro de La Escrita, esta también situado sobre una colina, le quedan restos de la muralla y del foso, también hay indicios de una presa que salía del río Carrugueiro y llegaba hasta el castro.
El castro de Ouria, está situado a la entrada del pueblo, solo quedan unos pocos de restos de la muralla y del foso.
El Castro de Castrillón, no queda ninguna prueba de su existencia, pero se sabe de una especie de castillo que había en la orilla del río Navia, se llegó a conocer su torreón que fue demolido en 1897 para aprovechar las piedras en la construcción de una casa. En este castillo se cree que se refugiaron los Infantes de Carrión los cuales eran yernos del Cid.
Estos antepasados, nos dejaron abundantes referencias de sus ocupaciones y sus costumbres, además de dárseles bien la guerra, se sabe que eran unos estupendos metalúrgicos. Extraían el oro en estado puro de los cauces de los ríos, luego lo trabajaban a golpe de martillo, lo convertían en finas láminas que luego moldeaban para darles la forma deseada. Tenían hornos de fundición para los minerales y de cocción para las cerámicas. Además del oro, el cobre y el bronce, empezaron a trabajar un nuevo mineral para ellos; era el hierro.
  

   MODO DE VIDA Y COSTUMBRES DE NUESTROS ANTEPASADOS EN LOS CASTROS

La mayor parte de la información sobre la manera de vivir en los castros y sus costumbres, la tenemos gracias a algún escritor grecolatino, sobre todo de Estrabón, nacido en el 58 antes de Cristo y murió sobre el 25 d. de C. Este escribía según le relataban los soldados romanos cuando volvían de las batallas con los astures, (por cierto; les dimos bastante batalla). Estos escritores hablaban de la zona como “pobre e inhóspita”, y en alguna ocasión comentan de grandes bosques y selvas.
Todos los montañeses son sobrios, beben agua, duermen en tierra y dejan sus cabellos largos y sueltos según las costumbres de las mujeres, aunque cuando combaten se ciñen el pelo a la frente con una banda. Realizan competiciones de tipo gimnástico, militares y de carreras de caballos, con pugilatos, carreras y combates tanto de guerrillas como en formación por manípulos. Visten generalmente de negro con túnicas con las que también se acuestan en camas de paja.
Nos comentan también que la agricultura era muy rudimentaria y con cultivos muy poco variados. Utilizaban las bellotas después de secarlas las trituraban y las molían y hacían una especie de pan con ellas para conservarlas largo tiempo, aunque también cosechaban centeno, cebada, mijo y escanda. Tenían todos los aperos de labranza hechos de madera. Tenía más importancia la ganadería y el pastoreo que la agricultura. Los productos de los animales les servían para alimentos y vestidos, así como para comerciar con ellos.
Sobre la minería nos comentan que era también muy rudimentaria, no estaba explotada de forma intensiva, de eso ya se ocuparon los romanos después. Sacaban el oro de los arenales de los ríos cribando la arena.
Los castros, estaban formados por varias familias unidas por algún antepasado común, formaban un clan y la unión de varios clanes hacían una tribu.
Comenta Estrabón que las mujeres tenían mucha relevancia en el plano social y económico, también participaban en las guerras y en los robos, practicaban la “covada” (después de dar a luz era el hombre el que se encargaba del recién nacido.
El poder político estaba a cargo de un consejo que se reunía celebrando un banquete donde se discutían los problemas de la tribu y se tomaban las soluciones oportunas. Según este mismo historiador, comían sentados en bancos adosados a la pared, alineados según sus edades y dignidades. Los alimentos los pasaban de mano en mano luego bebían y danzaban hombres y mujeres cogidos de las manos.
Estrabón comenta la gran bravura de estos guerreros de los castros astures, que se llegaban a suicidar si caían en manos de los romanos. Dice Estrabón que prueba de su rudeza y su salvajismo es el detalle de que se lavaban los dientes con sus propios orines, los cuales dejaban en recipientes para que se corrompiesen.


   LLEGAN LOS ROMANOS
Mucho trabajo les costo a los romanos llegar a colonizarnos, sobre el año 133 a. de C. los romanos ya habían colonizado toda la península salvo, los territorios ocupados por galaicos, astures y cantabros que seguían manteniendo una orgullosa independencia después de varios intentos por parte de los romanos de conquistarnos. Fue en el año 29 a. de C. cuando los romanos decidieron atacar el último reducto que les quedaba de España, después de varios intentos sin conseguirlo, el mismo emperador Augusto Cesar, viene a España en el 26 a. de C. y se pone al mando de sus legiones. Ese mismo año, ataca a los cantabros entrando por Burgos, estos rechazan el ataque ayudados por la orografía del terreno. En el año 25 a. de C. les lanzan otro ataque, dirigido por Publio Carisio, esta vez por León (Riaño), los supervivientes cantabros se refugian en los Picos de Europa, donde son asediados hasta su rendición. Ya solo quedábamos los astures por conquistar, estos viendo que los romanos se retiraron a preparar la batalla y dejar pasar el invierno en Tierra de Campos, deciden bajar de las montañas y atacarlos, pero una traición de una tribu astur llamada Brigecinos, desbarataba el plan. Los romanos después de una cruenta batalla nos vencen. Pero esto no quedaría así; los astures seguían haciendo pequeños ataques de guerrillas a los romanos hasta el año 19 a. de C. El emperador Augusto viendo que los astures no se acababan de rendir, mando al general Marco Agripa con sus legiones a reprimir muy duramente a los indígenas astures.
Fueron dos las legiones romanas que atacaron el occidente asturiano: la X Gémina y la V Alauda, al mando de las dos estaba el General Publio Carisio El empeño romano en conquistar la zona astur-cantabra, obedece casi seguro a temas políticos. Octavio Augusto quería demostrar que además de obtener victorias militares contra los romanos, pues acababa de derrotar a Marco Antonio, era capaz de hacer nuevas conquistas para el Imperio, y nada mejor que derrotar a alguien que tenía fama de invencibles como eran los astures, los cuales fueron capaces de derrotar a grandes generales como: Escisiones, Pompeyo y César. Seguro que si obtenía la victoria, le reportaría gran fama ante el pueblo y el senado romanos. Nunca iba a pensar que esta batalla fuese tan costosa y tan larga (10 años).


   LOS DISTINTOS PUEBLOS DE ASTURA: BOAL NO ERA ASTUR
En la antigua Astur hubo una muy clara distinción entre la Ástura transmontana, (territorio astur comprendido entre la cordillera cantábrica y el mar) y la Ástura Cismontana, (territorio astur que hoy pertenece a la Comunidad de Castilla y León). Dentro de la transmontana, que es la que nos interesa, había dos grandes tribus: Los Pésicos que eran los comprendidos entre los ríos Navia y Nalón, llegaba por el interior hasta Cangas de Narcea. Su capital estaba en FLAVIUM AVIA, localizada alrededor de lo que hoy es Pravia. Algún escritor actual afirmaba que Boal era territorio Pésico, cosa que no es cierta, Boal esta en la margen gallega del Río Navia; El único territorio de lo que hoy es Boal que pertenecía a los Pésicos (Astures), es la parroquia de Castrillón, que se encuentra en la margen del río que correspondía a los astures, también se encuentra en esa margen, los pueblos de Mezana y Lantero.
La otra gran tribu astur que había, era Los Luggones. Sus fronteras, se extendían desde el Río Nalón hasta el Río Sella. Su capital era PAELONTIUM, situada en lo que ahora es Piloña.
La zona occidental asturiana comprendida entre los ríos Eo y Navia pertenecía a nuestros vecinos los gallegos, en esta zona habitaba la tribu galaica llamada los Albiones, que habitaban el castro de Coaña y los castros del concejo de Boal y alrededores de la zona.
Mas al occidente estaba la tribu de los Cibarcos y la de los Egobarros Tamarini, estos últimos estaban en las orillas del río Porcía y en los alrededores de Tapia de Casariego y El Franco.


   LOS VISIGODOS EN LA ZONA
Después de unos cuatro siglos de relativa tranquilidad dominados por los romanos, sobre el año 409 de nuestra era, penetran por los Pirineos los pueblos bárbaros: los suevos, los alanos y los bárbaros. Nos entraron por el camino abierto por los romanos que pasaba por el puerto de Pajares, se dirigían a la mayor población astur que estaba en Lucus Asturum (por la zona de Lugo de Llanera) desde aquí se dirigieron Lucus Augusti (Lugo), invadiendo toda la zona occidental asturiana, donde se quedaron los suevos. La máxima expansión sueva fue sobre el año 450.
Luego llegaron los visigodos que ocuparon todo el terreno sobre el año 584. De todas estas poblaciones apenas quedaros vestigios arqueológicos alguno

FORMACIÓN DE OBISPALIAS, PARROQUIAS Y CONCEJOS  
Poco se sabe de la historia antigua de Boal, pues no existe mucha documentación. Voy a empezar desde que los militares cristianos echaban a los moros del territorio, luego los reyes otorgaban a estos caudillos las tierras que ellos iban conquistando; Así se iban formando "cotos territoriales" en los cuales estos militares ejercían jurisdicción. Por el gran carácter religioso que la Reconquista tenía, estos, en sus cotos levantaban conventos, luego lo donaban todo a la iglesia. Poco a poco la iglesia fue adueñándose de todo los territorios de Asturias formando obispalías. Lo que hoy se conoce como Boal, pertenecía a la Tierra de Castropol, también conocida como Tierra de Ribadeo, fue sometida por la obispalía de Oviedo.
Pero el obispo de Lugo disputaba al de Oviedo la tierra comprendida entre los ríos Eo y el Navia, (señorío de los Pésicos) donde se encontraba Boal. Esto les llevó a una sangrienta guerra que duró varios años, hasta que el Rey Alfonso VII en 1154 decidió terminar con esta disputa y concedió estos territorios al obispo de Oviedo. Los obispos no podían gobernar todo el territorio que tenían, por lo que lo dividieron en jurisdicciones que ponían al cargo de alguna persona poderosa para que las gobernase y las defendiese. En 1368 el obispo D. Gutierre, nombró a Alvar Pérez Osorio como "gobernador" de las tierras de Ribadeo y Grandas. (En el mapa podemos observar todo lo que ocupaba la Tierra de Ribadeo.Incluía los actuales concejos de Boal, Castropol, Coaña, El Franco, Grandas de Salime, Illano, Pesoz, San Martín de Oscos, Santa Eulalia de Oscos, Tapia, Taramundi y Vegadeo. Había 41 feligresías ).
 
 
Alvar Pérez Osorio, abraso a los vecinos con impuestos, saqueando a los pueblos, provocando revueltas con muchos muertos, grandes robos y destrozos. Fue sustituido por los obispos y estos crearon pueblos y concejos. De esta forma al comenzar el siglo XVI, la tierra de Ribadeo estaba dividida en cinco concejos: Castropol, Piantón, Barres, Franco y Grandas; Boal pertenecía al concejo de El Franco.
Este sistema de concejos estuvo vigente hasta la llegada del rey Felipe II que obtuvo permiso del Papa Gregorio XIII para desmembrar y vender cualquier villa, lugar y jurisdicción. Al rey le interesaba mucho esto, pues, necesitaba dinero para financiar sus guerras y pagar la gran deuda que mantenía.
Hubo intentos de compra por particulares de jurisdicciones, pero lo mas normal fue la compra por el pueblo.
Alonso López de Navia y Bolaño, vecino de la villa de Navia, dio poder a Pedro Bermúdez el 2 de agosto de 1579 para concertarse con Alonso de Camino. Este hizo asiento el 5 de septiembre de dicho año de las feligresías de Serandinas, Boal, Doiras, Pesoz, Coaña, Trelles, Villacondide, etc. Pretendiendo comprarlas, pero el día 1 de octubre del mismo año traspasa a Rui Garcia de cangas las Feligresías de Boal, Serandinas y Doiras para evitar gastos
Esta gente que compraba ó pretendía comprar las feligresías eran caballeros asturianos que normalmente ya poseían mas feligresías, otros eran pertenecientes a la alta burocracia y miembros de la oligarquía urbana de Oviedo, casi todos compraban con el propósito de acaparar cargos municipales, y el deseo que tenían de ascender en la escala social. La posesión de un señorío elevaba al comprador a la categoría de señor de vasallos, este "título", era un paso previo para el ingreso en la nobleza.
Pero esto no duró mucho, ya que el miedo de los pueblos a pasar a depender de señores particulares, y de los atropellos que estos hacían con los vecinos, hizo que estos se "comprasen" y se fuesen incorporando a la corona.
El importe de las ventas, venía estipulado entre otros motivos, por el número de vecinos, si el lugar superaba los cien, cada vasallo estaba valorado en 12000 mrs si era pechero y la 6000 si era hidalgo. Boal, Doiras y Serandinas tenían 145 vecinos tasados. La metodología para contar era: Contar como Vasallo a todos los Pecheros que viva en una casa; Como un vecino a las viudas y como otro vecino a todos sus hijos sin casar; Como un solo vecino a todos los menores que se encuentren bajo una misma tutela, salvo si están bajo la administración de su padre; También cuentan por un vecino los clérigos y los hidalgos, así como sus viudas.
Las feligresías de Boal, Serandinas y Doiras se redimen en 1580. Pasando a tener la condición de realengo. Representantes de los vecinos de las feligresías, se reúnen y redactan unas ordenanzas en 1584, para el buen gobierno del concejo, también acuerdan la forma de elegir los cargos de concejales, alcalde, alguaciles, procuradores, etc. Así, las feligresías pasan a ser villa con jurisdicción civil y criminal, y los representantes se reúnen una vez al año para elegir los cargos citados
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La capitalidad no siempre la tuvo Boal, sino que por diversas causas se la disputaron otros lugares como Prelo y Armal, sobre todo en el siglo XVII. En 1791 se fija definitivamente la capital en Boal, que en 1842 inaugura la casa consistorial y la cárcel. En 1814 y 1820 Serandinas se constituye en concejo separado de Boal, pero estos intentos se ven fracasados.

El siglo XVIII fue el mas prospero para el concejo, aparte de la actividad agraria, sobre todo ganadera, contaba con una gran industria artesanal, pues a mediados de ese siglo, Boal disponía de 4 batanes, 8 mazos de estirar hierro, una ferrería, y 42 molinos de grano. Sin embargo, en el siglo XIX cambiaron las perspectivas; La guerra de la independencia se dejó sentir en Boal, donde un grupo de vecinos participo en la "ALARMA DEL CEREZAL" (grupo de gente que se reunía para impedir una invasión, ó defenderse del enemigo). Mientras la Alarma del Cerezal andaba por otro sitio, el 19 de marzo de 1809 los soldados de Maurice Mathieu invaden la villa. Ponen un campamento en Llaviada y provocan muchas muertes, saqueos y destrozos.
También el 10 de Julio de 1823, llegaron a Boal 24"gamberros", al mando de uno que se llamaba Miguel Alvarez Samartino de la Trapa; Robaron dinero de las contribuciones, rompieron papeles de la secretaría y varios destrozos mas, se dice que entre ellos venian dos personas de Armal: Domingo Martinez y Francisco Bousoño, se mando prenderlos, pero el pueblo de Armal los encubrió.
En 1836 invadió el concejo un grupo guerrillero mandado por el cabecilla San Breixo, que al año siguiente fue detenido y fusilado en el cementerio de Piantón por una milicia formada en Boal.
En el concejo también se conocieron otros problemas como el cólera en 1854 y 1855, aunque sin mucha incidencia. Mucho mas importante sin embargo, fue la epidemia de viruela, que en 1870, causo centenares de muertos en el concejo.También es de destacar la revuelta de 1895, en la cual los herreros del concejo destruyeron todas las máquinas de hacer tachuelas que Víctor Sánchez estaba instalando en Armal para iniciar una industria fuerte de la fabricación de clavos y así hacer frente a la gran conpetencia inglesa.
En los comienzos del siglo XX se comenzó la construcción de la carretera Navia-Grandas de Salime, con el tramo de Navia a Boal; Se continuó con la construcción del pantano de Doiras en 1934. En el año 1951 se comenzó la explotación a gran escala de las minas de Wolframio de Penouta, esta explotación cerró en 1961, llegó a tener 254 trabajadores.